Las contraseñas funcionan como un documento de identidad en Informática e Internet. A través de ellas el usuario es reconocido por el sistema e impide el ingreso de personas extrañas. Sin embargo, a niveles exponenciales aumentan los recursos de quienes se ocupan de robar o averiguar estas contraseñas, arriesgando nuestros más elevados intereses.
Una contraseña protege el acceso a cierta información que se quiere mantener de manera confidencial o reservada; por ello, la mayoría de las aplicaciones y servicios la exigen para el ingreso. Toda contraseña se compone de un nombre de usuario y un password, y resulta ideal aquella que SÓLO el usuario puede recordar con facilidad.
Muchos personas prefieren utilizar la misma contraseña porque así se aseguran de no olvidarla. Sin embargo, este proceder aumenta el riesgo de que un "atacante" robe la identidad digital, y acceda rápidamente a TODAS las cuentas personales (de correo, de banco, etc.)
Por ello, te recomendamos que:
- No respondas a correos electrónicos desconocidos en los que se soliciten tus datos personales.
- No realices compras en sitios web que no te ofrezcan una garantía o que carezcan del sello de seguridad.
- Cuando accedas a páginas de foros o blogs no reveles tu verdadera identidad, utiliza para ello un pseudónimo.
- No utilices contraseñas que sean fáciles de adivinar, como fechas de cumpleaños, y cámbialas con cierta frecuencia.
- Además debes recurrir a tecnologías de seguridad como antivirus y filtros que te protejan del correo basura.
ley de habeas data (25326)
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